Es casi una verdadera necesidad, al ir a altas velocidades en un mar de metal y emisiones no controladas... maquinas que en un instante pueden matar a cualquiera, toneladas de metal-plastico con olor a pino, o formaldehido (olor a carro nuevo, que si, es un olor oncogeno). En si, todo esto en realidad es una lucha por el mas fuerte.
Si, de repente, un camionero, que no se porque, pero a todas las partes que he ido, presentan una amenaza, no se si es ya indiferencia pura o si bien, es su naturaleza transformada... Sin ningun aviso, avienta su maquina de destruccion de 45 plazas (al lado de un camion vi que decia: 45 students,35 adults, no standees.. lo cual aqui en nuestro querido mexico no tiene nada de validez y la proporcion se invierte) sobre tu misera maquinita que apenas puede contigo encima de ella.
Y asi, son muchos los terribles embates que uno tiene que soportar... Pero si... de repente sale un complice... Eso te da la fuerza para llegar a lugares inimaginables... Los semaforos.. ja ja, eso se torna solo una luz decorativa, si son dos... o mas, nadie se atreve a retarlos, si, policias, camiones.. o los demas que no tienen complice, solo te ven pasar...
Por eso... los complices... siempre son buenos... en el asfalto, o bien, en cualquier circunstancia.