Rayas, rayuelas y ese delicado que no se rompe

Que tanto es reflexión? Y que tanto ser al espera?...

Ojalá que lo que lo que he escrito durante todos estos años, pudiera leerse como rayuela, que aquí, existieran relatos mágicos de los que todos se puedan hacer propios...

Pero no, sólo soy yo y el ayer (siempre el ayer)... Esa sensación de que cada letra escrita en inmediato es el pasado.

Gracias porque aprendí una idea y fantasía nueva. Rojo, tenso retorcido pero siempre presente. 

Tierra seca, ojos hundidos

El café lo tomo amargo, y en ocasiones lo más dulce posible, cremoso, al grado de ser una bebida asquerosamente dulce que nada se encuentra cercano al sabor de café.

Que lo quieren hacer una analogía a que es como te gusta otra cosa... Pues si, igual y es verdad.

Algo que me hace falta hacer, esa una de esas actividades de adolescente en búsqueda de todo... Ponerme unos audífonos, un soundtrack, y así, hechar a andar imaginando...

Cada vez imagino menos y cada vez me es más difícil imaginar... Eso, no se porque es así. Tengo que ver, debo ver, y sólo así después puedo imaginar... Pero debe existir un antecendete. 

Ósea que, no tengo la habilidad de innovar. 

El café a veces me gusta sólo, muchas otra veces, me gusta tan dulce que da asco.